RUTAS DE LA COSTA Y EL SOCONUSCO

Armando Duvalier, S. XX
Para todos aquellos que buscan un contacto cercano con la naturaleza y otros rostros de Chiapas, nada mejor que recorrer los caminos de las regiones de la Costa y el Soconusco, la pródiga tierra del cacao codiciada por el mismísimo Miguel de Cervantes Saavedra, quien solicitó su gubernatura ante el emperador de España. Poseedoras de una gran diversidad de atractivos turísticos y fascinantes recorridos, las rutas de la Costa y el Soconusco discurren cercanas al océano Pacífico con sus sorprendentes e inigualables bellezas naturales, que van desde hermosas playas que ofrecen ante todo su ambiente rústico, la privacidad y la tranquilidad, hasta las plantaciones tropicales y las altas montañas de la Sierra Madre; de enigmáticas zonas arqueológicas como Izapa, famosa por sus esculturas, hasta las posibilidades del turismo alternativo en las fincas cafetaleras, que a más de su valor patrimonial permiten el acercamiento a uno de los renglones económicos más importantes y característicos de Chiapas. Tapachula, la mayor ciudad de la frontera mexicana con Centroamérica, muy cercana al Suchiate, proporciona los servicios indispensables para el viajero a más de su arquitectura histórica influida por el art-déco, fiel reflejo de la prosperidad que le dio el café en la primera mitad del siglo pasado.
OLAS ALTAS, AVES MARINAS,MANGLARES Y SILENCIO...
En Chiapas, a lo largo de más de doscientos kilómetros, el mar delimita una rectilínea sucesión de playas interrumpida de tanto en tanto por las bocabarras, comunicación del peculiar mundo de los esteros con el océano abierto. Estrechas lenguas de arenas resguardan del oleaje marino a los calmados mundos acuáticos de canales bordeados de mangles y lagunas costeras o albuferas. Este último, nombre de origen árabe y su traducción literal marecito, da una idea de lo que en efecto son: pequeñas extensiones de agua salobre. El Mar Muerto es la mayor de estas albuferas y la que da inicio a una serie que se prolonga hasta la barra del río Suchiate. La Joya-Buenavista, El Mosquito, Chocohuital y Las Palmas son algunas de ellas, hacia donde desaguan los ríos costeros que nunca o casi nunca logran llegar al mar.
Las olas altas caracterizan al mar de Puerto Arista, sin duda la playa más disponible de Chiapas, con kilómetros y kilómetros de arena muy fina, palmeras y vegetación playera. En sus alrededores, varios sitios ofrecen tranquilidad y belleza. Uno es Cabeza de Toro, colorida población a las márgenes de la laguna La Joya. Otro es Boca de Cielo situado en la bocana que comunica a la laguna con el mar. Menos conocida es la playa Costa Azul que se encuentra en la barra de Santiago, al sureste de Puerto Arista, y desde donde se puede navegar por los intrincados canales del estero Chocohuital.En las zonas estuarinas, los lirios acuáticos van y vienen sobre las superficies lacustres dependiendo de la influencia de las mareas que también aumentan y disminuyen la salinidad del agua.
La frondosa vegetación compuesta por mangles siempre verdes cubre los márgenes de los canales, hábitat de gran cantidad de animales, sobre todo de aves acuáticas, que encuentran aquí un lugar idóneo para vivir, como es el caso de las espátulas cuyo color tenuemente rosado convierte a una bandada en un verdadero espectáculo, o de los pijijes a quienes un municipio de la región, Pijijiapan, debe su nombre.
La reserva Ecológica La Encrucijada guarda ese ambiente particular del litoral. Las enormes raíces de los mangles proporcionan sustrato a ostras y otros organismos acuáticos. Los manglares son asimismo albergue de reptiles como el caimán y la iguana y de felinos como el ocelote.La Encrucijada incluye también la zona del Hueyate, una impresionante ciénaga formada por las descargas de los ríos Huixtla y Despoblado, que se extiende por varios kilómetros como una lámina de agua. En ella predominan los papiros y los palmares y es habitada por un gran número de tortugas.
En el litoral, en Chantuto, fue uno de los primeros lugares donde se desarrolló el poblamiento humano en lo que ahora es Chiapas. Las evidencias del pueblo de Chantuto son los apilamientos masivos de conchas minúsculas integrados al paisaje como islas dentro de los manglares.
Entre La Encrucijada y Puerto Madero, el puerto de altura chiapaneco, se suceden playas muy poco conocidas y que conservan gran parte de su encanto natural. Una de ellas es la barra de San José, adonde desagua el río Huehuetán, y la otra es San Simón.
El litoral es una franja angostísima detrás de la cual se extiende la llanura costera construida con el incesante acarreo de materiales que los ríos bajan de la vecina Sierra Madre erigida en una cortina continua que domina este corredor natural. Por él han pasado a través de la historia una gran cantidad de pueblos y culturas, desde los olmecas hasta los viajeros de hoy, pasando por los aztecas y los conquistadores españoles encabezados por Pedro de Alvarado, pues esta región comunica el istmo de Tehuantepec con la América Central. Por ella han pasado el cacao, las preciosas plumas del quetzal, la obsidiana y el jade. Evidencias recientemente descubiertas indican que las primeras sociedades agrícolas, precursoras de los propios olmecas, se desarrollaron en la zona de Mazatán (Donde nací). Algunos arqueólogos han llamado mokaya, gente del maíz en mixe-zoque, a estos pueblos que parecen haber desarrollado una estructura caciquil sobre la llanura costera hace 3 mil 700 años y cuyas migraciones hacia el golfo de México habrían dado origen a la cultura olmeca.
Resulta de gran interes ver playas tan bonitas, tranquilas y limpias !!
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